Me desperté y di vueltas en la cama. Toqué el colchón, y lo cubría una suave sábana.
Fui al baño, abrí la ducha, y salió agua potable.
Me sequé y tenía una toalla limpia. Olía muy bien.
Después fui a la cocina, y prendí la hornalla. Funcionaba correctamente.
Entonces me preparé un café y, mientras tanto, puse un video para escuchar de fondo. Sí, también tenía Internet.
Una vez listo el café, me senté en el escritorio frente a la computadora, y empecé a trabajar.
Y para vos todo esto serán tonterías. Pero si levantás la vista, y mirás a nuestra especie, te vas a dar cuenta que estas tonterías son privilegios.
Donde yo tengo un inodoro, en otro lado hay un pozo.
Donde yo tengo una lámpara, en otro lado hay una vela.
Donde yo tengo una computadora, en otro lado no hay nada.
Y esa diferencia hace que tu vida sea mejor que la de millones de personas.
Y no te jodo, son millones.
Millones.
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