jueves, 25 de enero de 2018

Restos de nosotros


Intento reconfortarnos, pero a todos nos va mal. Amores que no funcionan, familias que se caen a pedazos, bebés que nacen muertos, mascotas que escapan y no regresan.


Abrigo en nuestro nicho una esperanza, pero es la última vela en esta larga noche. Damos vueltas alrededor del fuego, queriendo resolver cada uno de nuestros dramas. Vos me decís cómo mejorar, ella promete que todo va a cambiar, y él propone dejar pasar el tiempo.

Yo me siento infeliz, y sé que ustedes también. ¿Por qué vamos a mentir? Ya no tenemos sueños. Se nos pasó la edad, ya estamos viejos para siquiera empezar. No nos avergüenza, pero sobre las vías sólo corren el viento y la mugre, porque nuestro tren se fue hace mucho tiempo.

Y así es como la garganta se nos anuda de tanto extrañar a los pocos que nos amaron, potenciado por no encontrar consuelo en nuestros abrazos, repetidos hasta el hartazgo.

Al final de la noche, las manos nos pesan de tanto gesticular, y los ojos arden por las lágrimas.

Ruego para que, cuando amanezca, quede algo de luz entre la cera derretida. Rezo para que no seamos restos de nosotros.

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