Te juntás con alguien, la pasás re bien, te despide sonriendo y con la promesa de volverte a ver, hablás genial por chat o por celular los siguientes dos o tres días y, de golpe, te ignora. O peor, te contesta re contra re cortadx, y cuando le preguntás si pasa algo evade el tema.
Loca, prefiero que me digas que te parezco un pelotudo o que solamente fue buena onda de un rato la que tuvimos y que no querés verme hasta el fin de los tiempos, a que me tengas esperando como un gil para saber qué pasa.
Las víctimas de esta práctica pedimos encarecidamente que dejen de hacerlo, porque nos hieren y nos ponen muy tensos durante varios días.
Recuerden que no están obligados a querer al otro, eviten estas situaciones.
Gracias, atentamente
Tomás Bitocchi
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