-Soñé que yo existía.
-...
-Y que me necesitabas.
-...
-Que éramos amigos.
-...
-Que me extrañabas.
-Todo lo soñaste.
-¿Por qué no podemos ser reales?
-Porque me imaginás mejor de lo que soy.
-¿Y cómo hago para no soñarte más?
-Primero hacete a la idea de que tal vez nunca te pueda querer. Después dejá de hablarme, y no me veas nunca más. Por favor, no malgastes conmigo tu libertad.
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