En Asia
Central los niños trabajan, y no todos creen que esté mal.
¿Por qué no
ir a la escuela? Porque los cultivos y los trabajos manuales se pagan con lo
mínimo. Por eso los padres acuden a la colaboración de los hijos para producir
más. Los chicos dejan de estudiar y olvidan lo que todavía no aprendieron.
El algodón
es la principal causa de abandono escolar, y también de la destrucción del
ecosistema en la región. A finales de los ’40, Stalin obligó a reemplazar todos
los cultivos que había por éste. La tierra se echó a perder y se redujo
enormemente la capacidad productiva.
La situación
hoy ya fue asimilada, y se evidencia fuertemente en las zonas menos
urbanizadas, donde los habitantes no ven esto como algo malo. Los docentes, por
el contrario, están indignados.
La ONU y
UNICEF increparon a los gobiernos locales, que prometieron tener el problema
solucionado a partir del 2016. Hasta el momento, la situación persiste en la
quietud.
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